Los casos por la gripe H3N2 subclado K se ha incrementado en los últimos días por lo cual amerita mucha atención porque es una mutación del virus de influenza estacional tipo A, lo cual exige vigilancia a nivel global.
En Europa y Estados Unidos se han encendido las alarmas porque se han registrado cifras récord en contagios, y es un peligro latente para Latinoamérica.
Según la Universidad de Guadalajara (UdeG), la influenza es una enfermedad infecciosa aguda que afecta a diversos mamíferos y aves, aunque solo los tipos «A» y «B» impactan a los humanos. El subtipo H3N2 se clasifica por sus proteínas Hemaglutinina (H) y Neuraminidasa (N). La variante H3N2 virus-variante se identificó inicialmente en cerdos de Estados Unidos en 2010.
Y el virus H3N2 está marcado por una nueva variante llamada subclado K, mostrando cambios en la proteína Hemaglutinina, haciéndolo diferente a la cepa incluida en la vacuna estacional 2025-2026, relató el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
¿Cuáles son los síntomas?
La gripe H3N2, especialmente su subclado K, provoca síntomas que pueden confundirse con otras enfermedades respiratorias como COVID-19.
Presenta signos característicos que permiten identificarla oportunamente, como lo son los siguientes:
- Fiebre alta (generalmente superior a 38 °C)
- Tos seca persistente, hasta dos semanas
- Dolor de garganta
- Dolores corporales y musculares
- Fatiga severa y debilidad
- Dolor de cabeza
- Nariz congestionada o con moqueo
- Escalofríos y sudoración
En algunos casos puede agravar afecciones crónicas preexistentes, como insuficiencia cardíaca congestiva, asma o diabetes, además de generar complicaciones como neumonía bacteriana, infecciones de oído o de los senos, principalmente en personas vulnerables.
Grupos Vulnerables ante la Gripe H3N2
La influenza A (H3N2) representa un riesgo mayor para ciertos sectores de la población, ya que son más propensos a desarrollar complicaciones graves.
Es importante prestar mayor atención a:
Adultos mayores: Personas de 60 años o más, con mayor riesgo de hospitalización, especialmente quienes tienen 65 años o más.
Niños pequeños: Entre seis meses y 5 años de edad, por su sistema inmunológico aún en desarrollo.
Mujeres embarazadas: Especialmente durante el segundo y tercer trimestre, así como durante el puerperio si no se vacunaron durante el embarazo.
Personas con afecciones médicas crónicas: Incluye trastornos cardíacos, enfermedades pulmonares, renales o hepáticas, desórdenes metabólicos, neurodesarrollo afectado, inmunosupresión, cáncer y enfermedades de la sangre.
¿Cómo protegerte?
La vacunación sigue siendo la medida más efectiva. Las vacunas disponibles, incluso las tetravalentes, ayudan a reducir el riesgo de hospitalización y muerte.
Medidas de prevención adicionales:
- Acudir al médico ante síntomas respiratorios graves.
- Mantener aislamiento domiciliario mientras se está enfermo.
- Reforzar la higiene, especialmente lavado frecuente de manos.
- Evitar lugares concurridos o con alta circulación de personas.
- Las autoridades sanitarias recomiendan extremar precauciones en lugares con alta circulación de personas, como aeropuertos y terminales de transporte.
- La combinación de vacunación y medidas preventivas permite protegerse de posibles contagios y contener la expansión de la influenza.
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