En el marco del Día Mundial del Corazón, es fundamental recordar que, aunque las enfermedades cardiovasculares (ECV), son la principal causa de muerte en todo el mundo, en muchos casos, son prevenibles. Nos corresponde a nosotros tomar medidas para entender, reconocer y controlar los factores de riesgo cardiovascular.
El real impacto del problema del corazón
Según la Organización Mundial de la Salud, las ECV son responsables de cerca de 17.9 millones de muertes cada año. Muchas de estas muertes son prematuras y podrían haberse prevenido a través de intervenciones tempranas que aborden los factores de riesgo cardiovascular, tales como un estilo de vida sedentario, mala alimentación, consumo de tabaco y alcohol, e hipertensión.
El reconocimiento de estos factores de riesgo es el primer paso para evitar las ECV. Estos factores pueden aumentar significantemente las posibilidades de sufrir de problemas cardíacos y cerebrovasculares.
Factores de Riesgo
Hay dos tipos de factores de riesgo de ECV: los modificables y los no modificables. Los primeros son los que pueden ser controlados, tratados o modificados, como el tabaquismo, la falta de actividad física, una dieta poco saludable y el consumo excesivo de alcohol. Los factores de riesgo no modificables, por otro lado, no pueden ser alterados y se relacionan con la edad, el sexo y los antecedentes genéticos.
Es importante que cada uno de nosotros se haga chequeos regulares para conocer nuestros niveles de presión arterial, glucosa y colesterol, ya que estos pueden ser indicadores de un mayor riesgo cardiovascular.
La Amenaza del Infarto de Miocardio
El infarto de miocardio ocurre cuando el flujo de sangre que llega a una parte del corazón se bloquea, generalmente por un coágulo de sangre, lesionando el tejido cardíaco debido a la falta de oxígeno. Supone una amenaza seria a la vida y razón más que suficiente para tomar en serio la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardíacas.
Prevención del Infarto de Miocardio
Tomar control de los factores de riesgo modificables pueden prevenir en gran medida el riesgo de sufrir un infarto de miocardio. Esto se puede lograr siguiendo un régimen de estilo de vida saludable que puede incluir:
• Mantener una dieta balanceada rica en frutas, verduras y baja en grasas trans y saturadas.
• Realizar actividad física regular (Aeróbicos y de Resistencia).
• No fumar.
• Limitar el consumo de alcohol.
• Mantener un buen peso en relación a la Talla.
• Buscar atención médica regular para evaluar y controlar la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en la sangre.
Adoptando un Enfoque Proactivo
Controlar o modificar nuestros hábitos de vida puede parecer desalentador, pero cada pequeño cambio tiene un impacto potencial significativo en nuestra salud cardiovascular. Comenzar con pequeñas acciones, como aumentar la actividad física diaria, comer más frutas y verduras, dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol, puede marcar una gran diferencia en la prevención de ECV.
Es cierto que el desarrollo tecnológico y los avances médicos están jugando un papel fundamental en la salud del corazón. Sin embargo, los cambios en el estilo de vida siguen siendo el arma más potente contra las enfermedades cardiovasculares.
En el Día Mundial del Corazón, hagamos un pacto con nosotros mismos de conocer y controlar nuestros factores de riesgo. Recordemos que el corazón no sólo es el órgano más vital, sino que también es la representación de nuestro amor, nuestra valentía, nuestra alegría. Cuidémoslo bien.
Dr. Asdrubal Alfonzo
Cardiólogo Intervencionista / Internista