El presidente Nicolás Maduro ratificó la suspensión de los acuerdos gasíferos vigentes con Trinidad y Tobago, luego de que el Ministerio de Hidrocarburos y la directiva de la estatal de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) se lo solicitaran, en virtud de las actitudes hostiles del Gobierno liderado por la primera ministra Kamla Persad.
En su programa Con Maduro+ anunció que «Ante la amenaza de la primera ministra de convertir a Trinidad y Tobago en el portaviones del imperio estadounidense en la amenaza contra Venezuela, contra Suramérica, queda una sola alternativa. He leído este informe, he aprobado la medida cautelar de suspensión inmediata de todos los efectos del acuerdo energético y de todo lo convenido en esa materia. Es una medida cautelar a la cual tengo potestad como presidente».
Agregó asimismo que elevará la consulta constitucional al Consejo de Estado, al Tribunal Supremo de Justicia «para recibir las recomendaciones, como jefe de Estado, y tomar una medida estructural en esta materia«.
Maduro refirió que el suspenso abarca lo contemplado en un acuerdo energético entre Caracas y Puerto España suscrito hace varios años, «para el desarrollo de los bloques de gas compartido que Venezuela tiene» porque «Trinidad y Tobago agotó toda su reserva de gas».
«Nosotros, en una muestra bolivariana de hermandad y solidaridad, hemos mantenido este acuerdo energético«, apuntó, antes de anunciar el fin de la cooperación.
Los motivos
La vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, explicó previamente que la ruptura se debe a «la situación que se ha generado con Trinidad y Tobago, principalmente las acciones de la primera ministra Kamla Persad», quien, dijo, le declaró «la guerra a Venezuela».
«La primera ministra, en una actitud hostil hacia Venezuela, se ha sumado a un plan guerrerista del Gobierno de EE.UU.», sostuvo. A su parecer, ello habría ocurrido porque Persad «se ha creído los ‘pajaritos preñados’ (promesas falsas) que le vendió Marco Rubio, que pueden robar el gas a los venezolanos para entregárselo a Trinidad y Tobago».
A ello sumó la denuncia interpuesta por el canciller de Venezuela, Yván Gil, ante las autoridades trinitenses, a las que le comunicó que está en curso una «operación de falsa bandera» sobre instalaciones y equipos militares estadounidenses, a la manera de lo sucedido en el ‘Incidente del Golfo de Tonkin’, para culpar a Venezuela y ofrecer a Washington un pretexto para iniciar ataques directos sobre territorio venezolano.
De conformidad con lo expresado por Gil, Rodríguez reiteró que Caracas pudo enterarse de estos planes en razón de la captura de varias personas financiadas por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) –que fue autorizada públicamente por el presidente estadounidense, Donald Trump, para operar en Venezuela–, quienes aportaron información clave sobre el caso.
«No es un conflicto, es una agresión militarista de EE.UU. contra Venezuela. Lo ha dicho el presidente Maduro: es por el gas y por el petróleo de Venezuela. Lo ha denunciado también el presidente [Gustavo] Petro: es una guerra del petróleo. Es una guerra por los hidrocarburos lo que se pretende instalar, amenazando la paz y la tranquilidad de nuestra región caribeña», recalcó.
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