Cada 11 de septiembre, los creyentes celebran la advocación a la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela, reviviendo la fe cristiana y recordando cuando apareció al cacique de la tribu de los Cospes.
Como todos los años, en la ciudad de Guanare, la Virgen de Coromoto es venerada por los feligreses. En 1591 fue fundada la región, cuando los Cospes habitaban, sin embargo éstos huyeron hacia la selva en el norte de la ciudad, dificultando la evangelización que la Iglesia había emprendido en la región.
Un día de 1561, el jefe indígena Coromoto y su mujer atravesaban una corriente de agua. Vieron una Señora de extraordinaria belleza que les dijo en su idioma: “Vayan a casa de los blancos y pídanles que les eche el agua en la cabeza y así poder ir al cielo”.
Los indios Cospes y la virgen
Cuenta la historia, que después de esta aparición, la Virgen se le reveló a varios indios y los niños de estos, cuando iban a buscar agua. Luego de diferentes problemas, Coromoto se bautizó, desde ahí, los indios cospes formaron una comunidad de fieles, acompañada durante años por un fraile capuchino de nombre José de Najera.
El 7 de octubre de 1944, el Papa Pío XII declaró a Nuestra Señora de Coromoto como “Patrona de la República de Venezuela”. Su coronación canónica se realizó el 11 de septiembre de 1952, con ocasión del tercer centenario de la aparición. El Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto fue declarado basílica por el mismo Papa el 24 de mayo de 1949.
San Juan Pablo II: “¡Nuestra Señora de Coromoto, ruega por Venezuela!”
El 10 de febrero de 1996, san Juan Pablo II inauguró el Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto, construido en el lugar de las apariciones. El santuario se sitúa en la parroquia “Virgen de Coromoto” (Guanare). Ese día, el Papa polaco rezó a la Nuestra Señora de esta manera.
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