La Justicia francesa prohibió la venta del Balón de Oro del Mundial de 1986 que ganó Diego Armando Maradona con la Selección Argentina y ordenó su incautación hasta que se resuelva lo que sucedió con el trofeo.
El pasado 06 de julio, la casa parisina de subastas Aguttes iba a subastar este objeto, en la que podría haber sido una venta récord, pero se echó atrás, anunciando una suspensión ‘sine die’.
Esta situación se da porque la Corte de Apelación de Versalles avaló la demanda de los herederos de Maradona; quienes argumentaron que el Balón de Oro había sido robado de una caja fuerte de un banco en Nápoles en 1989. Tres décadas después apareció.
El abogado de los cinco herederos de Maradona, Gilles Moreu dijo a EFE que “Nos satisface esta decisión que responde a nuestras demandas y tranquiliza a mis clientes. En el plazo fijado de tres meses, presentaremos las alegaciones pertinentes”.
Además, agregó que es “una batalla legal larga” hasta que se dirima quién es el propietario del trofeo, pues hay dos procedimientos, uno por la vía penal y otra por la civil.
Hasta el recurso presentado por los Maradona, Abdelhamid B. estaba considerado como dueño legal del trofeo en Francia, por haberlo comprado de buena fe -no sabía que se trataba del Balón de Oro- y porque después de esa adquisición pasaron tres años sin que nadie de la familia Maradona lo reclamase.
Abdelhamid B. había comprado el trofeo por 1,20 euros en una subasta de segunda fila en París y podría haberlo vendido en Aguttes por más de 10 millones de euros, según estimaciones de la propia casa de subastas.
La incautación del Balón de Oro, una medida poco común, responde al temor de la familia Maradona a que el mismo vuelva a desaparecer.
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